El mañana importa

Biodiversidad

Planeta en alerta roja 

La biodiversidad es vida. Es el conjunto de todas las formas de vida que constituyen el capital genético de nuestro planeta. Y es la base de la ecología, que corresponde a la forma integrada en que todos los organismos viven y se relacionan entre sí, lo que garantiza el equilibrio de la Tierra.     

La humanidad y las diferentes sociedades siempre han dependido de la biodiversidad. Y la actualidad no es una excepción: muchas tecnologías y equipos derivan directamente del conocimiento que las personas tienen de la naturaleza, lo que permite usar para nuestro propio beneficio muchos servicios y productos asociados a la biodiversidad. Cada 1 € invertido en la restauración de la naturaleza devuelve de 8 € a 38 € de beneficio.   

A pesar de la importancia que la biodiversidad tiene para nuestro planeta y la humanidad, los riesgos que la amenazan son cada vez mayores. El Informe Planeta Vivo 2020 lanzado por World Wide Fund for Nature (WWF), asegura que las poblaciones mundiales de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces han disminuido alrededor de un 68 % en los últimos 50 años, un descenso comparable solamente al de eventos anteriores de extinción en masa. Y esto asociado a la destrucción de los hábitats más biodiversos, como los bosques tropicales o las zonas húmedas. En la Unión Europea, más del 80 % de los hábitats naturales se encuentran en el nivel considerado «pobre» y una de cada tres especies de abejas y mariposas está en declive.   

Por este motivo, los participantes de la última Conferencia sobre Biodiversidad (COP15) realizada en Canadá en diciembre de 2022, han acordado preservar el 30 % de los ecosistemas más amenazados del planeta, defender los derechos de los pueblos indígenas e invertir 30.000 millones de dólares en la conservación de la naturaleza de aquí a 2030.   

En mayo de 2020, la Comisión Europea estableció la Estrategia Europea de Biodiversidad 2030. Se trata de un plan amplio, ambicioso y a largo plazo para proteger la naturaleza y revertir el proceso de degradación de los ecosistemas, cuyo objetivo es situar la biodiversidad europea en el camino de la recuperación de aquí a 2030. Ejemplos de estos compromisos son: 

  1. Proteger legalmente un mínimo del 30 % de la superficie terrestre y del 30 % de la zona marítima de la UE e integrar corredores ecológicos como parte de una auténtica red transeuropea de naturaleza; 
  1. Conceder una protección estricta al menos a un tercio de las zonas protegidas de la UE, incluidos todos los bosques primarios y antiguos que quedan en la UE; 
  1. Gestionar de forma eficaz todas las áreas protegidas definiendo objetivos y medidas de conservación claros y efectuando el seguimiento de los mismos de forma adecuada.

Ante este desafío, Bondalti ha emprendido diversos proyectos de Conservación de la Naturaleza y de Investigación Científica. Con varias especies protegidas, pertenecientes a diferentes ecosistemas y en distintas geografías. Desde los amenazados linces ibéricos y águilas imperiales de la frontera del sur entre Portugal y España, mediante la protección de sus presas y el bosque mediterráneo; hasta los osos pardos que aún sobreviven en la cordillera de Cantabria, al norte de la Península Ibérica. Desde los animales marinos que llegan a las costas portuguesas, ya sean aves, focas, reptiles o delfines; hasta las aves limícolas que anidan o buscan refugio en los principales humedales portugueses antes de sus migraciones de larga duración a África o al norte de Europa, a menudo cerca del círculo polar ártico. 

Conozca aquí cada uno de estos proyectos

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